Un acogedor poblado casi oculto entre las quebradas de esta zona altoandina, que impulsa la producción al aportar entre siete a ocho mil toneladas anuales, junto con San Mateo de Otao y Cumbe.
La carretera y canales de riego han contribuido a incrementar la extensión de cultivos de una población que se dedica a la fruticultura, siendo la chirimoya y la palta sus principales productos.
Constantemente los hombres del campo reciben cursos para mejorar la
técnica de cultivo, teniendo como ventaja el clima de Callahuanca, que
contribuye a la obtención de chirimoyas gigantes, de 4 a 5 kilos cada
una, con alta cotización en el mercado internacional.
Sin embargo, los comuneros sostienen que sus ingresos son insuficientes para compensar el alto costo de mangueras, conexiones, uniones y abonos, entre otros, presentándose dificultades porque las empresas intermediarias efectúan sus pagos treinta días después de recoger la fruta, por lo que se espera un trato más justo y que valoren como es debido sus faenas agrícolas.
Sin embargo, los comuneros sostienen que sus ingresos son insuficientes para compensar el alto costo de mangueras, conexiones, uniones y abonos, entre otros, presentándose dificultades porque las empresas intermediarias efectúan sus pagos treinta días después de recoger la fruta, por lo que se espera un trato más justo y que valoren como es debido sus faenas agrícolas.
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