Los vecinos alertados por los fuertes olores que emanaban del lugar dieron aviso al serenazgo de Santa María, los que se constituyeron en el lugar y dieron aviso a la policía.
Leoncio Bravo Santillan, era un anciano de 88 años que vivía solo y vendía tragos en la pequeña bodega que atendía; diariamente abría su tiendecita, aunque no era muy afectivo con la vecindad.
Según indican casi 15 días se le dejó de ver al anciano, por lo que optaron por dar la voz de alarma. Al parecer un ataque lo habría sorprendido detrás de su mostrador y al caer jaló algunas cosas que cayeron encima de él. Fue encontrado tirado boca abajo.
Una prima del anciano fue llamada para poder abrir la puerta de fierro.
Se constituyó para las diligencias el fiscal José Castillo y la médico Irma Yesenia Sayritupa Chauca.
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