Es así que recomiendan a los turistas recorrer los restos arqueológicos Rúpac, que pertenecieron a la cultura preinca de los Atavillos, ocupando una extensa zona de la serranía de la provincia de Huaral.
Edificaciones precolombinas que dejarán cautivados a los excursionistas, toda vez que a pesar de los cientos de años que han pasado, estas estructuras de piedra se mantienen intactas. Para llegar al lugar deberán hacer una caminata de siete kilómetros que será una experiencia única.
Luego está el pintoresco pueblo de Vilca, a 3650 metros sobre el nivel del mar, dentro de la reserva paisajística Nor Yauyos Cochas. En esta zona, el río Cañete llena por completo el valle ornado por hermosas lagunas verde y turquesa, bordeadas de tupidos bosques de queñual y habitadas por una amplia variedad de aves altoandinas.
Finalmente se encuentra el pueblo fantasma de Huaquis situado sobre la loma y ladera de una montaña, con calles abandonadas y construcciones en ruinas, testigos del paso del tiempo, en la provincia de Cañete. Desde principios del siglo XX el pueblo está desolado porque sus pobladores buscaron un lugar donde el agua no escasee, llegando a la parte baja donde fundaron el pueblo de Miraflores.
Finalmente se encuentra el pueblo fantasma de Huaquis situado sobre la loma y ladera de una montaña, con calles abandonadas y construcciones en ruinas, testigos del paso del tiempo, en la provincia de Cañete. Desde principios del siglo XX el pueblo está desolado porque sus pobladores buscaron un lugar donde el agua no escasee, llegando a la parte baja donde fundaron el pueblo de Miraflores.
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