La Noticia Diario de Huacho

26/02/2016 Hospital regional de Huacho es noticia nacional, pero por caso de presunta negligencia

"Hildebrandt en sus trece" abordó en su edición de hoy el caso de presunta de negligencia médica que cobrase la vida de una criatura que venía en camino y cuya madre, Stephanie Fernández, sigue sin asimilar su extraña muerte.
A continuación reproducimos el texto:
En el Cementerio San Bartolomé de Huacho, el nicho de la hija de Stephanie Fernández Obregón, de 21 años, tiene sólo una lápida temporal que dice “Sexo femenino. 10 de enero de 2016". "Le pusimos Inés Valentina, como mi abuela", dice la joven y toca la lápida. Inés murió antes de nacer. Y la culpa de eso -asegura Stephanie- la tiene una obstetra del Hospital Regional de Huacho.
"Mi bebé y yo estábamos bien. Mi última ecografía me la tomaron el 5 de enero en el hospital y todo estaba normal. El 7 tuve otro control Pero la mañana del 8 no sentía a mi bebé, no se movía, y mi barriga estaba dura. Me fui asustada con mi mamá a Emergencia. Al llegar no me querían atender. Estaba la obstetra con dos practicantes que me preguntaron, de mala manera, para qué había ido, como si las estuviera interrumpiendo. No había ni siquiera muchos pacientes como para pensar que estaban ocupadas. Sólo parecía que no querían trabajar”, recuerda Stephanie Fernández.
La joven, que también estudia Obstetricia, asegura que insistió para que la revisen. “Sé cuáles son los procedimientos y les pedí que me hicieran un monitoreo completo. Pero ellas sólo me hicieron sentar en la camilla y escuchar los latidos de mi bebé. 'Eso es lo que importa. Si quieres que se mueva, come chocolate, baila o párate de cabeza', me dijeron. Las tres se mataron de risa y me devolvieron mi carné", recuerda.
Su madre, Flor de María Obregón, que se había quedado en el pasillo, también escuchó cómo se burlaban de ella. “La botaron sin siquiera hacernos llenar una ficha", agrega.
Al día siguiente, Stephanie volvió al hospital. Esta vez fue con su pareja, Lutmer Portilla, de 26 años. En esta ocasión fue atendida por un par de practicantes que, al no escuchar los latidos del feto, llamaron a otros médicos más experimentados. Ya era muy tarde. "Recién entonces me hicieron un examen. Luego hicieron pasar a mi pareja al cuarto y nos dijeron a los dos que mi bebé había sufrido una muerte súbita", cuenta. El hospital preparó una sala para que Stephanie diera a luz. "Como no sabían cuánto tiempo tenía de muerta mi bebita no podían hacerme una cesárea, decían que podía provocarme una infección grave•, dice la joven.
Cuando los padres de Stephanie llegaron al hospital, pidieron que llamaran a la obstetra que no quiso atender debidamente a su hija el viernes 8 de enero. Traje al fiscal porque nadie nos quería dar razón de ella. No querían damos su nombre, pero mi hija la reconoció, era Maribel Márquez Castañeda. La obstetra; sin embargo, dijo que no conocía a Stephanie, que nunca la había visto, que ella no la había atendido. Y, claro, como no le hizo llenar ninguna ficha, no constaba en la historia médica de mi hija la visita del viernes’, cuenta Jonnhy Fernández, el padre. Entonces él pidió que se revisaran los videos de vigilancia para que comprobaran que su hija efectivamente había acudido ese día. “En Emergencia hay cámaras que graban la entrada. Lo único que nos dijeron en el hospital es que para el lunes siguiente tendríamos toda La información que necesitábamos. Hasta ahora estamos esperando”, se queja el padre.
No es lo único que lo indigna, “Cuando mi hija dio a luz vimos que salió una enfermera con un carrito tapado por una sábana. Le pedí que me dejara ver un momento a mi nieta y se negó. Me dijo que era la ropa sucia. Entonces no le dije nada y la seguí junto con otros familiares. El carrito entró a la Morgue. Y la mujer dejó una bolsa en el piso”, dice mostrando las fotos que tomó desde su cedular. “¡Era mi hija, que la habían tirado al suelo!”, interrumpe Lutmer. “La había dejado ahí junto a un decapitado de un accidente de tránsito. Así la encontramos", agrega y retrocede cuando en la serie de fotos aparece su hija fallecida. “La levantamos y la colocamos en una camilla”.
A partir de la muerte de la hija de Stephanie y la de otros bebés por nacer Félix Palomo, el jefe de la Dirección Regional de Salud, se pronunció para restarle importancia a estos eventos. “Dijo que las muertes perinatales eran normales”, recuerda Jonnhy Fernández revisando algunas notas periodísticas del mes pasado. “También dijeron que podía ser el virus del zika”, añade Stephanie. El año pasado hubo 145 muertes perinatales en la DIRESA Lima. En enero de este año hubo 17. Más de la mitad de ellas (9) ocurrieron en la red Huaura-Oyón, a la que pertenece el Hospital Regional de Huacho.
El hospital, por su parte, emitió su propia evaluación: la causa de la muerte era una "insuficiencia útero- placentaria” (falta de oxígeno) y una "preeclampsia oculta". “¡Qué precdampsia oculta! ¡A mi hija le habían hecho todos los análisis y todo estaba bien!", dice Fernández viendo el certificado emitido por la institución. "En la Fiscalía nos han pedido que esperemos porque en estas semanas deben llegar los resultados de los análisis que se han hecho en Lima. También porque la policía aún no ha hallado a la obstetra para interrogarla. Han dicho que llamarán a Inspectoría si no cumplen con los plazos", agrega. Lo cierto es que ya han pasado más de 45 días y hasta el momento la PNP no ha terminado de hablar con todos los involucrados.
Y a la obstetra ya ni se te encuentra en el hospital. De acuerdo con el médico Pablo Obispo, director del Hospital Regional de Huacho, ella ya no labora ahí. "Inmediatamente que fuimos informados del caso procedimos a apartarla del área de Cuidados Críticos y posteriormente, mientras duren las investigaciones, se decidió que no estuviera en funciones", dice Obispo.
A la entrevista que pactamos con él el martes pasado llegan también otras ocho personas, que, según él, están involucradas en el tema. Pero ninguno de los médicos que están allí estuvo trabajando los días que Stephanie fue a Emergencia por el dolor abdominal ni cuando se descubrió que su bebé ya había muerto. Cuando preguntamos por el personal que sí estuvo nos dicen que toda esa quincena no les toca ir. “Por rotación no les toca", dicen entre todos. Luego el director agrega: “Pero la información recibida tanto por el personal involucrado como por los registros es que no hay evidencia de que la paciente Fernández haya venido el día viernes 8 de enero. Tenemos registros del día sábado cuando llegó con el feto obitado y el personal procedió de manera adecuada". ¿Por qué, entonces, han separado a la obstetra? ¿Acaso ya vieron los videos?, preguntamos. ‘Hemos pedido una auditoría del caso que analice nuestros procesos y hemos decidido que se amplíe la investigación e incluya al área de Informática, que es la que administra los videos', dice Obispo.
Lo que no puede negar es que su personal está acostumbrado a mandar a sus pacientes a “pararse de cabeza". 'Este es un caso emblemático para la sociedad huachana que nos ha hecho reflexionar acerca de la forma de comunicarse de los profesionales con los pacientes, que no es la adecuada, que denota indiferencia y que en el caso de la familia de la paciente Fernández ha sido tomada como una falta de respeto hacia dios. Nosotros, como hospital, marcamos distancia de ese comportamiento", agrega. Como si eso sirviera de algo para Stephanie Fernández.
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Janet Gomez Li

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