Los yauyinos talarán un árbol de buen tronco, muy frondoso,
que será bajado en hombros y paseado por todas las calles, al ritmo de las
tinyas que cantan las bellas mujeres de la comunidad.
La yunza es una costumbre de derroche de energía en el
Carnaval; por lo que los hombres plantarán el árbol elegido, cargado de globos,
tinas, baldes, prendas de vestir y serpentinas.
Cuando se inicie la fiesta, todos bailarán al ritmo del
huayno con ascendente euforia, en tanto que la macheteada va dando cuenta del
recio tronco por segunda y última vez, porque no podrá ser reutilizado en
ninguna otra yunza.
Una tradición que se vive al máximo, llamando a los apus de
las lluvias que reverdecerán los campos, escenario de vida y progreso para las
comunidades campesinas.
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